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El portabultos, portaequipajes, transportín o parrilla es un accesorio de aluminio o acero con forma de rejilla que se añade a la bicicleta y permite llevar equipaje, alforjas, cestas, cajas o incluso niños pequeños, fijando una silla construida específicamente para ello. Los portabultos pueden ser montados en la parte delantera, conocidos como porta cestas, o trasera de la bicicleta.
Existen infinidad de tamaños y tipos de portabultos y no todos son compatibles con todas las bicicletas. Para escoger el tuyo debes fijarte en estos puntos.
Lo primero hay que fijarse en qué tipo de anclaje lleva el cuadro de tu bici, los que cuentan con los agujeros en las vainas y tirantes o la horquilla son los más robustos llegando a aguantar hasta 40 kg. Para las bicicletas que no cuentan con estos agujeros existen distintas soluciones, desde abrazaderas, hasta portabultos que se anclan al buje o a la tija del sillín, aunque estos últimos soportan menos peso.
Lo segundo es saber qué frenos utilizas, disco o v-brake. Si llevas frenos de disco, necesitarás un portabultos compatible con este sistema. Los de disco valen también para frenos v-brake, cantiléver y puente, pero no al revés, los de v-brake no valen para frenos de disco.
Lo último, pero no menos importante es fijarse en el tamaño de tu rueda. Existen portabultos compatibles con varias medidas de rueda, de 24”, 26”, 28” etc. gracias a una pieza móvil, pero hay otros que son fijos y solo encajan en su tamaño de rueda correspondiente.
Los portabultos han de tener especificado el peso máximo de carga que son capaces de soportar. Este peso es indispensable, ya que nos indica el peso máximo que podemos montar sobre el portabultos y dependerá del material con el que esté fabricado, el diámetro de las varillas y la calidad de las soldaduras. Como norma general, el peso máximo sirve como referencia para viajes o salidas por carreteras asfaltadas o caminos llanos. En el caso de transitar terrenos muy irregulares, las vibraciones y el traqueteo de las alforjas crean más presión en el portabultos aumentando puntualmente el peso que recae sobre este. En estos casos, habría que cargar las alforjas un poco por debajo de su peso máximo para que aguantaran las sobrecargas puntuales debidas al terreno.
